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sábado, 29 de noviembre de 2008

Noche

Esta noche el mundo es una cadera dulce,
una espalda desnuda que yéndose se da.
Una mirada,
que es el cementerio de los barcos sin nombre.
Siempre una espalda,que guarda la espita de la pasión,
frágil llave.
No siempre los barcos hundidos se encuentran en el mar.
Yo quiero ese aire que infla las velas de tu piel.

Tengo esta noche un corazón que entregar. ¿Quién lo quiere?

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