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No se diluyen
estas nuestras miradas,
caen en un vendaval,
arrastradas.
Tus ojos de luna negra,
funden el metal
hierro
de mi piel de hojalata.
Y sonrío, bobo de baba.
No me enseñaron
que sumar masas es restar
gramos del alma.
Gata roja,
en tu mesa me devoras.
Pongo el pan, la sal y el agua.
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