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sábado, 19 de septiembre de 2009

lunes, 14 de septiembre de 2009

Verbos

Voy a conjugar
todos los tiempos,
en tu piel.

Te quise, te quiero y te querré.

Y a mi queja continua,
le naceran alas.
Para que no la dejes rezagada.

Gira, gira derviche.

martes, 2 de junio de 2009

Anacoretas.

"Si posas un dedo sobre mi espalda, sentirás un reguero de fuego en tus venas. La posesión de la más pequeña parte de mi cuerpo te hará más feliz que la conquista de un Imperio. Mis besos tienen el gusto de un fruto que se funde en el corazón. Embriagado por el aroma de mis senos, arrobado en la contemplación de mis miembros, abrasado en mis pupilas, te sentirás arrastrado por un torbellino".

Un anacoreta se retira del mundo en su retrete.

Dos máximas: la 1ª de Anatole France: "En aquellos tiempos [siglos III-IV d.C.], todos los desiertos estaban llenos de anacoretas", y la 2ª del propio personaje, el anacoreta laico de este film, Fernando Tobajas: "Vendrán tiempos en que todos los retretes estarán llenos de anacoretas".

Acabo de ver esta película y me ha hecho pensar sobre la trampa económico-sexual en la que estamos.
Tanto vosotras como nosotros. Con la coartada del amor se cometen estupideces, uniones de por vida.Y con nuestra necesidad de poseer otros cuerpos también.
Me quedo con la frase que dice "algunos matrimonios acaban bien y otros duran toda la vida"

Brindis.

Hay conversaciones que nacen, puro azar. Son semillas, que germinan o caen en piedra. Pero las palabras, el tono, la sintonía se queda.

Recuerdo cafés distintos, por la hora, por el momento, por la compañía. Cenas, escuetas, pero tan ricas en otros manjares, que casi se olvida comer. Y algún desayuno con sonrisa, tal vez los menos. La mañana, puñetera, es espejo y reproche. Paseos, por caminos llenos de charcos. Siempre principios. Vino y brindis a futuro. Es un placer seguir viviendo.

¿Será la edad que aquieta? Pero no me confío. Detrás de cualquier curva, de una esquina, ya rota de tanto doblada, espero.

Dentro

En el seno de la ola.
Interior.
Pies , manos , dedos y dientes.
Dolor.
Rompe... en la arena,
entre sirenas de Nivea. Salivas, deseos.
La piel se funde.
Rozan las conchas rotas y viejas. Blancas
Surcos.
Mejor así, la sangre no se represa.

Preñar la playa.
Oasis.
Que no queden ni los ojos.
Y el próximo verano, una toalla.
Mortaja.
Haré el amor con los cuerpos, diana sol.
Huellas, senos,manos,caderas,
me encarnan en invierno.
Y otra vez, la maldición.
Una ola hembra me seduce.
Vuelvo a su interior.

Precipitados.

No se diluyen
estas nuestras miradas,
caen en un vendaval,
arrastradas.
Tus ojos de luna negra,
funden el metal
hierro
de mi piel de hojalata.
Y sonrío, bobo de baba.
No me enseñaron
que sumar masas es restar
gramos del alma.

Gata roja,
en tu mesa me devoras.
Pongo el pan, la sal y el agua
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lunes, 26 de enero de 2009

Cafelitos

Dejo de centinela al lucero.
Me saluda dos veces.
Por la tarde, Venus.
Al amanecer, se llama agonía.


Una dama de la noche,
al clarear el día,
me regalo una sonrisa,
un "cálido buenos días"
No sé que billete querría.
No tengo el cuerpo para
alérgicas alegrías.
Mi enferma duerme,
complacida.

Te pago un café,con porras.

viernes, 23 de enero de 2009

blanca

A lo lejos hay montañas,
que ayer no estaban.
Vienen blancas.

Traen las palabras,
congeladas.
Versos en la piel del limón.
Un instante agridulce,
una gota que se divide en dos:
bizcocho, reproche amarillo, lágrima.

"-El camino es largo y tú no tienes dinero.
¿Cómo me pagarás?
-Tú ya sabes cómo te pagaré"

pequeñas palabras

Te veo,
vela maría hinchada.
De aire,
de esas brisas que te llaman.
Norte ,
en tú mirada.
Agua, nieve.
Agua, ladera.
Agua, niña.
Agua,nube.
Busca, la música en los números.
Esa dama que me contaba,
que es nota ,en mi melodía.
Sílaba en la palabra.
Sirena en los Sargazos,
sirena enredada.
Madre de anguilas,
otra vez, agua.
Cuaderna rota y vía de agua.
Dueña ya de las palabras.

16 uvas

Ahora, este es el momento.
Un ventana temporal.
Y yo siento;
el alma abierta,
la rueda gira.
Y no he apostado nada,
todo lo he perdido.
Se escapa la arena,
barro en mis bolsillos.
Unir,las manos,soplo.
Avivo la fragua de tu cuerpo.
Atrapo, tus fresas magulladas.
Rasgo y beso ese velo.
Hiervo.
A fuego lento,
en el caldero de los sueños.

fresas blancas

Me acerco a la fragua de tu cuerpo,
sin manos.
Una niebla cubre tu rostro,
un velo que rasgo y beso.
Está hecho de nubes y tiempo.
No huyes,
me desafias.
"Tus fresas magulladas" me llaman,
se entregan.
El caldero donde hierven los sueños
sale a tu encuentro cada día.

Hierro

Con la autoridad que me da haber madrugado, asistir al lento despertar del mundo, con pereza y sin muchas ganas. Con la eterna pregunta que me hago: ¿Cómo puede ser que haga más frío al amanecer ,con la luz, que en la madrugada? Con el lío que es no tener ni idea de qué deseo pediría si me encontrara la lámpara. Escucho un canto de perdiz, lejana. Y la respuesta ,como el eco no deseado, cuando te dan puerta, de un disparo que jode la mañana, que ensucia el aire trasparente y frío. Me hace sentir vivo y querer matar yo a quien así me rompe la armonía de la mañana. Es justicia la que pido. Eso que siempre me dices que no existe, y me rompes el alma. Tú ya lo has vivido todo, y yo aún abro los ojos con una gota de rocío de una alambrada de espino colgada. Serán las lágrimas del hierro por no poder ser otra cosa más hermosa y menos disparatada. No dejas entrar, pero tampoco nadie puede salir de tu "protección". Querida hermana valla, tanta hambre tienes que atrapas pedazos de carne en tus lágrimas.