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sábado, 29 de noviembre de 2008

El árbol

Las estaciones resbalan sobre el árbol y sólo muy de cerca,muy pacientemente,se advierte su secreto. Fructificar.

Sobresalto, retorno a la tierra, a sus riegos.
Navaja de la inquietud.
Obedeciendo la voz eterna de los astros.


Dejé que pasase un poco de aire,un poco de río, un poco de tiempo.


Y el estrépito, con que los humanos logran aturdirse un momento, con la eternidad inconcebible a uno y otro extremo de sus vidas efímeras, era de repente , la frescura ,el aroma,el rumor y la serenidad de lo perdurable.

Mis rosas me saludan y yo casi ni las miro, ocupado en vacíos. Intentando atrapar estrellas fugaces, errantes y muy veloces.



Sólo para quien espera .

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