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sábado, 29 de noviembre de 2008

Guerras viejas

Hay veces que los milicianos nos quedamos sin guerras justas.
La sangre y el ardor nos golpea y no tiene por donde huir
De ahi nacen las dictaduras del alma
La gota de la razón en los ojos
Que no oculta la fiereza de los colmillos.
Arreglar el mundo destruyendolo antes

1 comentarios:

Anónimo dijo...

ninguna guerra es justa; quizás necesaria, no lo sé, me cuesta creerlo, pero justa NUNCA